Muy buenos días queridos lectores, la pasada noche del sábado estuvimos en el festival Almeriblues, y como buena costumbre, estamos casi obligados a proporcionaros una reseña con la máxima calidad posible.



Con puntualidad inglesa, nosotros estuvimos allí y pudimos alcanzar la primera fila, y minutos más tarde, Rodeo Rose desde Barcelona saltaron al escenario para darnos 30 minutos de buen R&B, con una presentación previa de Santi Gallego de lo que sería esta fantástica noche, el cual es el encargado de organizar el evento.




Tras esto, llegó el turno de los paisanos almerienses Rolenzos, que además de repetir cartel, porque la edición anterior estuvieron ya, presentaron su larga duración, un trabajo de estudio correcto y poco arriesgado, en el que la mayoría de sus temas son rock and roll y blues clásico, que no aportan absolutamente nada nuevo a la música, sin embargo, hay que destacar que suenan muy bien.



Y tras Rolenzos aparecieron por el faro de Roquetas de Mar José Venzal Band, desde Castellón, con su buen hacer blusero y con un tacto musical exquisito, que prácticamente en lugar de tocar instrumentos, acariciaban y rasgaban el velo que cubre el más profundo interior del alma de sus integrantes, eso si que era sentir y vivir la música.


Además de su buen concierto, José Venzal dio paso al más esperado de los conciertos de la noche: al de Javier Vargas y su banda, además de la invitada especial, Dani Wilde. El concierto comenzó y terminó igual: Slide, Slide y Slide. Javier Vargas es muy bueno, algo que es innegable, pero tras 4 o 5 temas se volvía un poco monótono y aburrido. Gracias a dios Parisienne walkways, dedicada a los fallecidos Gary Moore y Paco de Lucía cambió un poco la linea, y tras ella, Dani Wilde irrumpió en el escenario y dejó, literalmente, en un segundo plano a Javier Vargas, lo eclipsó con su flamante voz y su increíble manera de tocar la guitarra, mientras Vargas quedó formando parte de la banda de acompañamiento de Dani Wilde, la cual fue realmente la verdadera estrella del show, ya que Vargas estuvo un poco repetitivo. No había mejor forma de cerrar la noche, y el publico lo sabía, ya que respondió muy bien y se fue muy satisfecho.



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